Sin duda un proceso inherente al ser humano, una actividad omnipresente, y que hoy en día resulta plenamente necesaria para las sociedades. No es tan sólo un oficio que desempeñar, preferimos descifrarlo como un estado mental, como una actitud ante la vida. Hoy lo compartimos con gusto desde la óptica y las enseñanzas de tres indiscutibles autoridades en la materia, cuya postura va más allá de la desvelada y la entrega del proyecto: la intención última es generar la reflexión en el cliente y de tal modo provocar cambios, es decir, que el diseño signifique beneficio socialmente.
El diseño visto como una actividad racional que se enriquece de la información y de la visualización de todo el contexto, bien puede repercutir en la ganancia de más amplios márgenes de maniobra y de espacios de mayor confianza y libertad.
los Editores ¶
Descarga aquí la edición 31
No hay comentarios.:
Publicar un comentario