Por Sofía Tenorio
Cuando Estocolmo fue nombrada sede de las Olimpiadas de 1912, los organizadores pusieron en marcha una campaña propagandística a base de folletos, programas y carteles que anunciaban la celebración de los Juegos con la excelencia de la ciudad anfitriona. Incluso se organizó un evento simultáneo, se trataba de una olimpiada cultural y artística, la cual premiaba a los artistas que mejor reflejaran en sus obras aspectos relacionados con la práctica del deporte.
El autor de este cartel, Olle Hjortzberg decidió representar la marcha de las naciones hacia la victoria, cada atleta agitando la bandera de su país representa a un hombre idealizado cuya imagen puede ser asociada a la de un hombre trabajador (clase obrera), que fue adoptada a principios del siglo XX, una época en la cual el proletariado dominó el escenario social sueco.
Es un cartel con figuras contorneadas, de estilo influenciado por la corriente artística Art Nouveau que contiene una fuerte paleta de colores. Se reprodujeron alrededor de 88,350 carteles, cada uno con dimensiones de 74.5 cm. × 107 cm. Su diseño no incluye los aros olímpicos.
La elaboración de la tipografía con una tipología curvilínea y ornamental complementa la imagen ilustrativa, sin que pierda importancia al momento de ser leído por lo que su diseño tipográfico logra unificar la legibilidad y el estilo ornamental.
El texto del cartel en mayúsculas: “Olympic Games Stockholm 1912 junio 29 - julio 22” fue impreso en 16 diversas lenguas, sin embargo fue criticado en su época debido a que se consideró sumamente atrevido, ofensivo e inmoral, pero nadie negó el impacto popular que adquirió ni el grafismo logrado por su autor.
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